Ya es la 4ta vez que
el Rally Dakar para por territorio Boliviano, desde el inicio generó
criticas por ser utilizado como bandera política pero en las
primeras versiones no eran tan grandes como en la actual, con una La
Paz en estado de emergencia (al igual que varias ciudades de Bolivia)
por la falta de agua que generaron diferentes comentarios por parte
de opositores al gobierno de Evo Morales, por el altos costo
económico que representa dicho evento frente a la falta de
políticas, propuestas, presupuesto para encarar eficientemente la
escasez de agua.
Solamente observar
el presupuesto del Ministerio de Comunicaciones que gasta 1 millón
de bolivianos al día en publicidad gubernamental y que, por ejemplo,
con 60 millones se cambiaría la red de agua potable del casco viejo
de la ciudad de Cochabamba, son algunas cifras que valen la pena ser
mencionadas.
De esa manera las
protestas no se hacen esperar con un Dakar que poco a poco va
perdiendo notoriedad en Bolivia, no se espera la misma cantidad de
visitantes que en versiones anteriores.
Cuando termine el
Dakar el problema del agua persistirá, solamente se espera que se
tomen las mismas ganas para enfrentarlo y que mas de medio millón de
ciudadanos paceños puedan retomar sus vidas con normalidad.
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