JAIME DUNN: ¿DEL POPULISMO AL LIBERALISMO?



Jaime Dunn, actual candidato por Acción Democrática Nacionalista (ADN), figura en el registro del Órgano Electoral Plurinacional (OEP) como militante del Movimiento al Socialismo (MAS), hecho que ha generado una controversia significativa, especialmente por su reciente posicionamiento discursivo liberal. Esta aparente contradicción no es un simple error administrativo: revela una de las formas más sofisticadas de la cooptación tecnocrática dentro de un modelo populista que ha sabido reciclar sus operadores sin abandonar el núcleo estatal de poder.
Dunn fue gerente de la Nacional Financiera Boliviana (Nafibo), entidad encargada de titularizar instrumentos financieros del Banco de Desarrollo Productivo (BDP) y con participación mayoritaria en el Banco Unión durante su fase de capital privado. Desde esta posición, operó dentro de la arquitectura financiera creada por el MAS para expandir el control estatal sobre el crédito y el capital.
Desde la teoría liberal clásica, Ludwig von Mises advertía que el intervencionismo progresivo conduce inevitablemente al colapso del mercado como mecanismo racional de asignación de recursos. En paralelo, Friedrich Hayek enfatizaba que el conocimiento disperso solo puede ordenarse mediante la libre competencia y mercados abiertos, condiciones distorsionadas cuando el Estado monopoliza los canales financieros. La trayectoria de Dunn, lejos de encarnar estos principios, se inscribe en la lógica estatalista-populista donde el tecnócrata cumple la función de legitimador.
La politóloga Susana Bejarano, actual militante del MAS y funcionaria remunerada de una fundación dependiente del Banco Central de Bolivia, afirmó que el oficialismo tiene cuatro candidaturas: Arce, Evo, Andrónico y Dunn. Lo hace sin señalar que Dunn formó parte del engranaje institucional que el MAS utilizó para profundizar la presencia del Estado en el sistema financiero, al punto de gestionar operaciones sensibles desde Nafibo y participar en periodos donde se denunciaron actos de nepotismo y corrupción.
En efecto, según la memoria institucional de Nafibo de 2007, Dunn era gerente de la entidad cuando esta tenía el 83% de las acciones del Banco Unión. Durante ese mismo periodo, la esposa de Luis Arce, Lourdes Durán, trabajaba en dicha entidad, incluso tras su estatización. En paralelo, medios de la época informaron sobre un desvío de más de 350.000 dólares en el Ministerio de Desarrollo Rural, operación en la que Nafibo también fue mencionada.
Desde una lectura estructural inspirada en René Zavaleta Mercado, Dunn representa lo que Zavaleta definía como la doble institucionalidad del Estado en formación: aparenta oponerse al bloque hegemónico, pero ha sido incubado en su seno. Su tránsito del estatismo ejecutor al liberalismo declarativo no expresa una ruptura ideológica, sino una estrategia de legitimación dentro del populismo tecnocrático que caracteriza la Bolivia contemporánea.
En suma, Jaime Dunn no encarna una propuesta liberal genuina, sino una derivación funcional del populismo en su fase tecnocrática. Su candidatura, lejos de ofrecer una ruptura epistemológica con el modelo estatista del MAS, opera como reacomodo discursivo en un contexto donde el liberalismo se instrumentaliza como fachada de modernidad mientras se conserva intacto el aparato estatal-clientelar.
@gatovillegas

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